Ser gente extravagante nos ha traído hasta aquí. Saber poner la mirada allí donde nadie repara para ver lo que muchxs no ven, ha marcado siempre nuestro camino. Buscar lo que otros pierden y perdernos dónde otrxs no se encuentran nos ha hecho ser lo que somos. Gente extravagante, de sonrisa limpia y compartida que da sin miedo lo que tiene y recibe con gusto lo que le dan. Personas a las que asustan las incertidumbres tanto como las pétreas certezas y que tienen el miedo justo para poder ser valientes. Profesionales discretos que saben callarse y tienen valor para romper el silencio. Que regalan el don de la idea y la palabra y quieren esconderse tras la luz del misterio. Brillantes, no por lo que destacan, si no por su capacidad para iluminar el rumbo con buenas propuestas. Extravagantes. Ni mejores, ni peores. Extravagantes para tomarnos el tiempo de compartir sin prejuicios lo que somos y lo que nos emociona, sin pensar si lo enseñado puede parecer distinto a lo que muestra nuestro empeño, o si lo que damos es menos que lo obtenido. Extravagantes: extremadamente vagos. Así sin más, como somos, del derecho y del revés.Somos como te miramos y como nos ves. Extremadamente vagos, extravagantes, así es.